Nos unimos en oración a toda la Iglesia ante la pérdida de Benedicto XVI, un Papa memorable que afrontó, como teólogo, como sacerdote, como servidor de la Iglesia siendo Cardenal y después Papa, los grandes avatares de nuestro tiempo. Su visión de la Iglesia como camino a Dios y como lugar de Encuentro con Cristo, su amor a la verdad, su llamada a la razón abierta y su expresión incansable de la racionalidad de la Fe son algunas de las grandes aportaciones que nos ofreció en esta época, tan convulsa como todas.
Recordamos sus reflexiones sobre la homilían compartidas con el Papa Francisco en la Encíclica «a cuatro manos» Evangelii Gaudium, su celebrada homilía en Cuatro Vientos, en la Jornada Mundial de la Juventud,y la homilía de 31 de diciembre de 2012, última de fin de año de su pontificado.
Descanse en paz.