Comunicación y Liderazgo
Es un lugar común que el presbítero es necesariamente un comunicador: está en medio de la gente, y gran parte de su ministerio se desarrolla a través de la palabra (homilías, catequesis, visitas pastorales, acompañamiento espiritual, etc.). En todo momento se le pide que intervenga: para consolar, para orientar y formar las conciencias, para estimular la generosidad de los fieles, y hasta para organizar las distintas iniciativas de la vida parroquial, desde una peregrinación hasta un mercadillo en favor de Cáritas diocesana. Y lo mismo vale para la expresión escrita: solicitudes a las autoridades, cartas de felicitación o de pésame, informes al obispado, artículos en la prensa y noticias para la página web de la parroquia…
Comunicar bien, por tanto, es indispensable para cualquier sacerdote, y más aún si está constituido en autoridad: obispos, párrocos, superiores de comunidades religiosas, directivos de instituciones de la Iglesia como universidades católicas, ONGs, hospitales, colegios, etc. Todos han de ser diestros en el arte de hablar y de escribir. El motivo principal no es un criterio de eficacia, sino una razón teológica: tienen que comunicar la Palabra revelada, y muchas veces hablar en nombre y representando al mismo Verbo encarnado.
Y sin embargo… la experiencia muestra que algunos pastores no comunican mucho, o comunican mal, o simplemente no comunican, y esa limitación frena el alcance de su misión. Afortunadamente, no es difícil aprender a comunicar, y a hacerlo de acuerdo con la naturaleza del ministerio sacerdotal, al servicio del mensaje y sin convertirse en el protagonista de un espectáculo. Para eso es necesaria la debida preparación: comunicar bien está al alcance de todos, pero requiere interés, ganas de aprender, y el debido entrenamiento. Como se suele decir: “la inspiración llega siempre después de mucha transpiración.”
Comunicar en la distancia corta
Se suele prestar poca atención a la importancia de la comunicación interpersonal, en la corta distancia. Sin embargo, resulta primordial desarrollar la habilidad de dialogar con otras personas que tienen opiniones, valores y creencias distintas a las nuestras, que presentan necesidades o carencias afectivas graves, o que ofrecen resistencia a la comunicación. Si no somos capaces de comunicarnos con las personas difícilmente podremos ayudarlas.
En este curso se ofrecen algunas pautas clave para establecer una buena comunicación interpersonal, lo cual nos permitirá prestar ayuda eficaz, consejo, acompañamiento o consuelo a quienes puedan necesitarlo. Se trabaja especialmente la capacidad de escucha activa, y la detección y superación de las barreras y obstáculos a la comunicación.
Liderazgo de servicio
Liderazgo es un proceso dinámico por razón del cual se influye en conductas, pensamientos y sentimientos, liberando un caudal de energía y talento humano que se pone al servicio de un objetivo común. En este seminario se desarrolla una concepción del líder muy diferente a la habitual: un liderazgo basado en los valores del Evangelio. Partimos de una concepción del líder como aventura personal, llena de exigencia y responsabilidad y lejana al mito del líder manipulador y masivo.
El curso se dirige principalmente a jóvenes, y también a sacerdotes y a cualquier cristiano comprometido que quiera ejercer un liderazgo de servicio, un liderazgo responsable, y convertirse así en agente de un auténtico cambio social que nos permita recuperar lo mejor de nuestra cultura cristiana.
En concreto, se abordarán las siguientes cuestiones: razón y corazón del liderazgo; talento, juventud y liderazgo; praxis del liderazgo; liderazgo, cambio y responsabilidad.